Conoce la historia detrás de los disfraces de HALLOWEEN
¡En la torre!
La noche de Brujas o Halloween se celebra el 31 de octubre en México y aunque no es una fiesta propia de México, se vincula a la celebración cristiana del Día de Todos los Santos, donde también se recuerdan a los muertos, santos y mártires.
¿Pero se han preguntado, de donde nace el vestirse con disfraces en esta fecha?
LAS RAÍCES ANTIGUAS DE LOS DISFRACES DE HALLOWEEN
La génesis de los disfraces de Halloween puede remontarse a más de 2.000 años. Los historiadores consideran que el festival celta pagano de Samhain, que marcó el final del verano y el comienzo de la mitad “más oscura” del año en las islas Británicas, es el precursor de la festividad.
Se creía que, durante el festival, el mundo de los dioses se hacía visible para los humanos, lo que resultaba en travesuras sobrenaturales. Algunas personas ofrecían golosinas y comida a los dioses, mientras que otras usaban disfraces, como pieles y cabezas de animales, para que los espíritus que deambularan pudieran confundirlos con uno de ellos.
“Escondidos detrás de sus disfraces, los aldeanos a menudo se hacían bromas entre sí, pero culpaban a los espíritus”, dijo Bannatyne. “Las máscaras y los encubrimientos llegaron a ser vistos como medios para salirse con la suya. Eso continuó a lo largo de la evolución de Halloween”
El cristianismo adoptó el 31 de octubre como una festividad en el siglo XI. Esto hacía parte de los esfuerzos por reformular las celebraciones paganas como propias. De hecho, el nombre “Halloween” deriva de ” All Hallows Eve”, o el día antes del Día de Todos los Santos (1 de noviembre). Pero muchos de los aspectos folclóricos de Samhain se incorporaron y transmitieron, incluidos los disfraces.
En la Inglaterra e Irlanda medievales, la gente se vestía con atuendos que simbolizaban las almas de los muertos, e iban de casa en casa reuniendo golosinas o “pasteles del alma” llenos de especias en su nombre (una costumbre cristiana conocida como “souling”). Desde finales del siglo XV, la gente comenzó a usar atuendos espeluznantes para personificar a los espíritus o demonios del invierno, y recitaba versos, canciones y obras folclóricas a cambio de comida (una práctica conocida como “momia”).
LA INFLUENCIA IRLANDESA DE HALLOWEEN EN EE.UU
Cuando la primera ola de inmigrantes irlandeses y escoceses comenzó a llegar a lo que ahora es EE.UU., en el siglo XVIII, las supersticiones, tradiciones y los trajes migraron con ellos.
Una vez que Halloween entró en la cultura estadounidense, su popularidad se extendió rápidamente, según la historiadora de la moda y directora del Programa de Maestría en Estudios de Vestuario de la Universidad de Nueva York, Nancy Deihl.
En las décadas de 1920 y 1930, la gente realizaba mascaradas anuales de Halloween, dirigidas tanto a adultos como a niños, en salones alquilados o casas familiares. La preparación de disfraces a veces comenzaba ya en agosto.
Esas mismas décadas también vieron el surgimiento de disfraces influenciados por la cultura pop, junto con las primeras grandes empresas de fabricación de disfraces. The J. Halpern Company (más conocida como Halco) de Pittsburgh, Pensilvania, comenzó a otorgar licencias para imágenes de personajes de ficción tradicionales como Popeye, Olivia, Anita, la huerfanita, y Mickey Mouse, en esta época.
Después de la Segunda Guerra Mundial, a medida que la televisión llevó la cultura pop a los hogares familiares, los disfraces de Halloween estadounidenses se asemejaron cada vez más a los superhéroes, personajes de cómics y figuras del entretenimiento. También se compraron cada vez más en tiendas: en la década de 1960, Ben Cooper, una empresa de fabricación, que ayudó a convertir Halloween en un fenómeno pop, poseía entre el 70 y el 80 por ciento del mercado de disfraces de Halloween.
LOS 60, UN PUNTO DE QUIEBRE PARA HALLOWEEN
Fue por esta época cuando los adultos empezaron a vestirse para Halloween nuevamente. Al igual que los disfraces para niños, su enfoque a menudo era más divertido que aterrador, y eventualmente estaría tan inspirado en “Star Wars” o “Indiana Jones” que en demonios o ghouls. En términos generales, los años 60 marcaron un cambio en la forma en que nos vestimos para Halloween”. Los adultos, en particular, comenzaron a deshacerse de las máscaras y la cobertura completa, optando por mostrar sus rostros. Los disfraces se convirtieron en una forma de interpretar una versión más ligera y especial de uno mismo: mostrarle al mundo que ‘eras’ la Mujer Maravilla o Luke Skywalker, o lo que sea.
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