La infancia es sinónimo de movimiento y energía. Sin embargo, hay ocasiones en las que un exceso de actividad puede hacer que el clima en casa se contagie de este nervio y provoque un caos que haga que todo se desmadre. Los padres deben tener en cuenta que hay alternativas antes que echar la bronca a sus hijos o dejarse llevar por estas sensaciones sinónimo del estrés.
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